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abril 14, 2021

La importancia de la Convención Feminista


Las mujeres en Colombia reunidas en una convención para hacer compromisos frente a la toma del poder político por ellas, es un hecho his tó ri co, es reconocer que tenemos una mayoría de edad que nosotras mismas nos reconocemos.

En la esquina de Suramérica llegó la hora de buscar la paz, de promover profundas reformas en beneficio de las grandes mayorías, de avanzar en el ejercicio de la ciudadanía para que el sistema excluyente, androcéntrico, machista, guerrerista, medieval (ni siquiera capitalista) entierre sus banderas y abra paso al siglo de las mujeres que aceptan edificar con los hombres que entienden razones para vivir la aventura de un nuevo paisaje democrático.

Hablamos de mujeres con el poderío de poner en marcha una agenda feminista que es el toque de distinción, una agenda incluyente, multicolor y quizá nada diferente a la aspiración de contar con Estado social de derecho, enderezar la maltrecha república que tenemos y para quienes temen por desconocimiento al feminismo, es ahondar en lo que nunca se construyó en Colombia: una república Liberal, en sentido de raíz y no de partido, con los derechos que se estructuraron después de la Segunda Guerra Mundial, es decir, se mantiene la propiedad privada y los Estados otorgan derechos, con una conciliación entre la existencia del capitalismo y las conquistas en el socialismo, o sea, la socialdemocracia (esto no es izquierda…y mira que lo lamento, hablamos de una actitud, una postura progresista).

No se trata de un momento electoral, no se trata de tener una fórmula presidencial y vicepresidencial, se trata de una nueva forma de hacer política. Las mujeres conscientes hemos crecido en grupos, en equipos, en juntanza, haciéndonos espejo, bordando redes y aprendiendo las unas de las otras. Existen unas con mayor carisma o mejor capacidad que otras, pero no sobra ninguna y por ello, la crítica que tanto se ha hecho en redes sociales por si la capacidad de las candidatas es la suficiente o no, dista de un nuevo planteamiento. Es el momento de nuevos paradigmas y nuevos estilos en la política.

No se acabará por arte de magia la actual manera de elegir, gobernar, sembrar y recoger, no desaparecerá por encanto el clientelismo inmerso hasta los tuétanos en esta sociedad (la necesidad…y cultura política instaurada por los viejos partidos), pero sí es abrir un camino de esperanza en un país enfermo con víctimas que lloran muertes y otras que ni cuerpos tienen para enterrar; país enfermo por las promesas incumplidas, la violencia para sacar de sus tierras al campesinado, la violencia estatal, la burla descarada de un presidente incapaz (hablo de usted señor Iván Duque) pero despierto para nombrar a sus opacos amigotes en los cargos de las instituciones de control.

El movimiento social, popular, político en Colombia ha ensayado “todas las formas de lucha”, TODAS (subrayo: objetivos altruistas, sueños de una juventud que el Estado incapaz y miope, fue absolutamente inferior al momento, como lo es hoy) y acaba de llegar a otra forma que no tenía versión en este país de montañas y llanura, selvas, desiertos y mares, llegó la versión feminista y el feminismo en sus diferentes vertientes y por esencia, es incluyente. No me cansaré de repetirlo.

Desde luego, esta nueva apuesta no es llegar al nirvana, ni al cielo ni el Valhalla, “nadie espere sentarse debajo de un árbol que sembró el día anterior”, es un reto que mujeres berracas de Medellín, del partido Estamos listas, proyectaron al país. Es el brote de una semilla que hay que cuidar porque además empezamos a construir otros referentes políticos en el que demostraremos que los sueños pueden dejar de ser sueños.

Habrá que tener en cuenta que la derecha fascista y sin escrúpulos pretenderá apropiarse de la iniciativa con sus mujeres patriarcales o con formas sutiles. Ser mujer no es sinónimo de feminista y abanderar algunos derechos de las mujeres en un marco neoliberal.

No obstante, si de inclusión se habla, existirá el espacio para las alianzas ¿Con quién y sobre qué bases? Conocemos los egos, la zancadilla, el desconocimiento de las bases de la mayoría de los partidos y esto es lo que se llama “maestros por ejemplo negativo”.

Existe un gran número de mujeres cualificadas, expertas en diferentes campos que siendo estrellas no las han dejado brillar, a ellas las necesita Colombia apostando por la nueva versión política para el país que buscamos. Juntas podemos, en la juntanza está nuestra fuerza, en la conciencia feminista se esconde lo nuevo, lo humano, la vida, la justicia social, la urgencia de la paz. ¡Estamos listas!

FUENTE: EL ESPECTADOR


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