Después de un exhaustivo análisis por parte de Medicina Legal, de las lesiones que presentó la menor de tres años, el pasado 29 de abril al centro médico Santa Clara,  el director de esa institución señaló, Carlos Valdés, en una entrevista con Blu Radio, confirmó que la niña presenta signos compatibles con los de un presunto abuso sexual.

“Lo más impactante es que los análisis médicos muestran que la niña presenta lesiones en sus genitales, compatibles con un presunto abuso sexual”, confirmó Valdés.

Lea: Capturan en el centro de Bogotá a madre de menor de tres años violentada

Además, agregó, en conversación con ese medio radial, que la niña presentó maltrato agudo y crónico, lo que se traduce en una agresión, no solo ocasionada el día en el que llegó al centro médico sino también de tiempo atrás.

Este dictamen que se suma a los testimonios del taxista que habría hecho la carrera hasta el centro hospitalario y al de la cuidadora de la menor quien la habría dejado ir con unos extraños, están en manos de la Fiscalía quién investiga el caso.

Lea: La historia que contó el taxista que transportó a la niña violentada en Bogotá

La menor fue abandonada pasadas las 8:00 de la noche del domingo 29 de abril en la Unidad de Servicios de Salud Jorge Eliécer Gaitán y luego, por la gravedad de sus lesiones, fue remitida al  Hospital Santa Clara con signos de maltrato y abuso sexual. Hasta hoy su pronóstico ha sido reservado y en estos días estuvo al borde de la muerte.

Lea: Cuidadora de menor violentada en Bogotá dio su versión sobre el caso

Pasada una semana, es incierto el paradero de los responsables del hecho. La Policía ha logrado establecer que ese día la pequeña estaba en un inmueble de la localidad de Santa Fe, en el centro de Bogotá, donde es frecuente que trabajadoras sexuales dejen a sus hijos al cuidado de terceros. Aún se desconoce si en ese lugar se habría perpetrado el maltrato, lo cierto es que mujeres que se encontraban allí se percataron del mal estado de la menor y, a través de un tercero, la trasladaron hasta, de donde fue remitida al Santa Clara.

FUENTE: EL ESPECTADOR