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octubre 3, 2022

«Mujer, hágase tu voluntad» reivindica el feminismo creyente en América Latina


La Red de Católicas por el Derecho a Decidir de América Latina y el Caribe ha lanzado «Mujer, hágase tu voluntad», una campaña que reivindica que la defensa de los derechos de las mujeres, especialmente los derechos sexuales y reproductivos, no va en contra de la identidad religiosa.

«Esta campaña nace desde nuestra particular identidad como católicas y como feministas. Las personas de fe somos creyentes y muy diversas, pero la defensa de nuestros derechos no va en contra de nuestra identidad religiosa, sino todo lo contrario», ha explicado Paula Estensoro, co-coordinadora de la Red, en una rueda de prensa virtual.

«Es posible ser creyente y feminista y más bien es absolutamente coherente y nos plantea nuevos retos y desafíos hablando desde la libertad de conciencia, desde la laicidad de los estados y desde la teología feminista», ha agregado.

Y precisamente el lema, ha asegurado Estensoro, invita a las mujeres a mostrar la capacidad que tienen de «hacer lo que su corazón desea», sin dejar de reconocer «a todas estas mujeres que han dado su cuerpo y su vida en esta lucha por el derecho a decidir en América Latina y el Caribe».

La campaña, que tendrá una fuerte apuesta audiovisual en las redes sociales, busca hacer un llamado a las mujeres creyentes a luchar por su derecho a decidir «desde su agencia moral». Y «reconocer fundamentalmente que la maternidad no es la única misión, no es el único destino predestinado para las mujeres, sino que debe ser una elección».

«María, para ser madre de Dios, eligió por una maternidad libre, por una maternidad voluntaria», recalca Estensoro.

El feminismo y la mujer creyente

Otro de los objetivos de «Mujer, hágase tu voluntad» es reivindicar el goce de los derechos sin la culpa heredada por las creencias religiosas.

«Hemos construido esta voz única y alternativa que permite poner en el centro la liberación de las mujeres sobre sus decisiones reproductivas, sobre su sexualidad y sobre sus cuerpos desde una vivencia de la fe y desde la libertad de conciencia», agrega la también representante de Católicas por el Derecho a Decidir Bolivia.

Estensoro afirma que por más de 34 años y por medio del trabajo realizado en diez países de la región, Católicas por el Derecho a Decidir ha contribuido a la despenalización legal del aborto en varios países, pero también a la despenalización social «en la que se resignifica el derecho a decidir desde nuestra particular voz y acción católica y feminista».

Como prueba de ese cambio de conciencia de las y los creyentes acerca de los derechos sexuales y reproductivos, la Red ha mostrado los resultados de una reciente encuesta realizada junto a Ipsos en Argentina, Brasil, Colombia, México, Bolivia y Perú.

Creen que el aborto debe legalizarse

Según el informe, el 81 % de los creyentes encuestados comparte que por ley el aborto debería estar permitido en todos o en algunos casos. El 70,3 % afirma que una mujer que aborta puede seguir siendo buena creyente. Y el 81 % considera que si una mujer necesita hacerse un aborto porque su vida corre peligro y el médico que la atiende es creyente, este debe realizar el procedimiento.

«Es la evidencia de una tendencia favorable respecto a los temas de los derechos sexuales y reproductivos, la educación sexual, el aborto y la laicidad del Estado, mientras las iglesias se van quedando atrás en estas posturas», afirma.

Y los datos muestran, además, que las personas creyentes «coinciden con esta apuesta necesaria de una transformación de estos cimientos dogmáticos y patriarcales de las jerarquías eclesiales que insisten en mantener la imposición de esa moral sexual a través de toda la historia, en detrimento de los derechos de las mujeres».

En la campaña, dice Estensoro, las mujeres van a encontrar argumentos que le permitirán conocer que «es posible tener nuevas formas de creer y de hacer Iglesia. Cuando una es creyente de verdad también debe ser parte de esta convicción sobre los derechos humanos y sobre que los estados estén libres de cualquier injerencia religiosa y eclesiástica en sus políticas públicas», concluye.

FUENTE: https://efeminista.com/


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