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julio 1, 2022

Francia en Colombia


En un escenario continental caracterizado por la crisis de las dirigencias y liderazgos políticos y la emergencia de otros esperpénticos, Francia Márquez, vicepresidente electa de Colombia, representa una nueva generación renovadora de líderes y lideresas sociales y políticas.

Su nombre es el de la cuna de la revolución que proclamó “libertad, igualdad y fraternidad”. Su apellido, el mismo del premio Nobel de Literatura y figura emblemática de su país que nos introdujo en el realismo mágico latinoamericano contando historias fantásticas de su pueblo. En un escenario continental caracterizado por la crisis de las dirigencias y liderazgos políticos, ella representa una nueva camada renovadora de líderes y lideresas.

Es la flamante vicepresidenta electa de Colombia, Francia Márquez, de 40 años, la primera mujer afrodescendiente en llegar al poder, acompañando a Gustavo Petro, el primer dirigente de izquierda en acceder a la presidencia de su país.

Es una novedad trascendente para la región. Y puede inscribirse la trayectoria de Márquez, como lo hace Lorena Arroyo, en El País de Madrid (26/6), en el rastro de otras mujeres negras del continente que han alcanzado posiciones a donde tradicionalmente no llegaban quienes se ven como ellas.Francia Márquez, en su cuenta de Twitter

Francia Márquez, en su cuenta de Twitter

En América solo ha habido una presidenta de origen africano: la haitiana Ertha Pascal-Trouillot. Lo fue de manera provisional durante 11 meses entre 1990 y 1991. Además, hay dos precedentes de vicepresidentas afrodescendientes: la estadounidense Kamala Harris y la costarricense Epsy Campbell, quien hasta mayo pasado fue la número dos del Gobierno de Costa Rica y con quien la líder ambientalista se reunió la semana pasada. Ambas postearon en Twitter ese encuentro, con fotos elocuentes.Bogotá, 19/6. Gustavo Petro y Francia Márquez celebran el triunfo en la segunda vuelta electoral que los consagró como presidente y vice de Colombia. Foto: Xinhua/Jhon Paz

Bogotá, 19/6. Gustavo Petro y Francia Márquez celebran el triunfo en la segunda vuelta electoral que los consagró como presidente y vice de Colombia. Foto: Xinhua/Jhon Paz

Para Francia Márquez, la cuestión no pasa tanto por romper techos de cristal, un término más asociado al feminismo blanco. “No estoy aquí para romper techos de cristal; eso es para mujeres como Hillary Clinton. Yo vengo a buscar las reivindicaciones que nos corresponden”, se recuerda que dijo en un acto de campaña con campesinas.

Entender la llegada de Francia Márquez al poder, explica Arroyo, también implica entender el feminismo afro, muy vinculado con una filosofía que antepone al colectivo sobre el individuo y que “pone en la conversación no solo a las mujeres, sino a todas las personas que son leídas como subalternas”, agrega desde Bogotá la escritora feminista Carolina Rodríguez Mayo, creadora del podcast Manifiesto Cimarrón, donde se abordan temas sobre negritudes y resistencia.

Son corrientes sociales expresivas de la diversidad cultural y procesos profundos que afloran en la superficie y llegan a la representación política. 
Francia Márquez, junto a Epsy Campbell, en su cuenta de Twitter

Francia Márquez, junto a Epsy Campbell, en su cuenta de Twitter

No es un fenómeno ideológico. Y va más allá de cómo les vaya a Petro y Márquez en su gestión de gobierno en un terreno minado por los cuatro costados. Se trata, casi podría decirse, de un fenómeno político fundante, el que hace a la naturaleza del contrato social. Ese que precisa ser renovado, reparado y enriquecido con todas las expresiones que ya no caben hace rato en el formato patriarcal, oligárquico y machista de otros tiempos.

Se trata de un éxito tardío, pero avance al fin, de la democracia colombiana, que agotó su modelo de alternancia liberal-conservadora vigente en las últimas décadas para dar paso a una renovación que es tributaria de la reforma constitucional sancionada hace 31 años y consagró un amplio catálogo de derechos.¨Somos el gobierno de la Constitución del ‘91” reconoce Petro, el ex guerrillero del M19 que dejó atrás la lucha armada para incorporarse a la vida democrática, fue alcalde de Bogotá y senador nacional y alcanza ahora la presidencia. Un desafío formidable.

FUENTE: EL CLARIN


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