Menú

Entérate

agosto 27, 2021

EN LA IZQUIERDA Y LA DERECHA, LA VIOLENCIA DE GÉNERO SIGUE DESBORDANDO LOS PROTOCOLOS DE LOS PARTIDOS


principios de mes Hollman Morris, excandidato a la Alcaldía de Bogotá, puso una tutela contra Sara Tufano, precandidata al Senado del Polo Democrático, por haberlo llamado “abusador”. La disputa interna, que llega a la justicia ordinaria, es un ejemplo de cómo a los partidos les falta avanzar en mecanismos internos efectivos para atender las violencias basadas en género de cara a las elecciones del 2022.

El problema no es de un solo sector o partido. En el Centro Democrático, otro caso denunciado, sobre acoso a hombres, también refleja este vacío.

Como contamos, los partidos deberían promover que más mujeres hagan parte de sus estructuras internas y atender el llamado global a ser más incisivos en su rechazo a la violencia basada en género.

La Corte Constitucional ya les ha pedido a los medios de comunicación y las universidades que trabajen en la formulación de protocolos para atender ese tipo de violencias. Y aunque no se lo ha pedido explícitamente a los partidos políticos, que existan denuncias de presuntos casos de abuso y acoso sexual, ha aumentado la presión para que lo hagan.

Al Centro Democrático lo tomó desprevenido

Un grupo de jóvenes de Antioquia denunciaron públicamente, y ante el partido, que Juan David Mosquera, el coordinador departamental de juventudes del departamento, los había acosado. Mosquera fue suspendido de su cargo pero, hasta ahora, las víctimas sienten que el proceso ha avanzado lento y no se ha cumplido la suspensión.

“Primero me hacía comentarios en los viajes, me decía ‘como se te ve de rico ese pantalón’ o ‘como se te ve de rica esa camisa’, o cosas por el estilo. Un día intentó besarme”, cuenta un joven del Centro Democrático en Antioquia, que prefiere no revelar su nombre por seguridad.

Los señalamientos se hicieron públicos por primera vez el 13 de julio a través de Noticias Uno y La Silla Vacía. Se refiere a Juan David Mosquera, un joven de 24 años, de Urabá, que era coordinador de las juventudes del partido en Antioquia y es cercano al grupo político de los Valencia Cossio, encabezado por Fabio Valencia y su hijo, el senador Santiago Valencia.

Según los testimonios, Mosquera seducía a jóvenes que ingresaban al partido y los tocaba sin su consentimiento. Algunos de ellos eran menores de edad cuando iniciaron esos episodios.

“Un día estábamos tomando unos tragos y él empezó a tratar de tocarme las piernas, la espalda y a todo me resistía con mis manos”, le contó a La Silla otro denunciante.

Lo hacía en contextos políticos. En reuniones, o salidas de campo, y por lo menos dos de los casos llegaron al partido en 2018. En ese momento pasaron de agache, hasta que este año varias de las víctimas decidieron hacer la denuncia de manera colectiva. “Hay una ruta general para cualquier falta o queja, pero no exclusivamente para este tipo de cosas. Eso se ve en las múltiples denuncias que traté de hacer hace años”, dijo uno de los jóvenes que vivió la situación desde 2018.

Ahora la respuesta del partido cambió y el caso llegó hasta la Dirección Nacional. El caso de Mosquera pasó primero por la veeduría departamental del Centro Democrático, luego por la nacional y, finalmente, el 28 de junio, a Mosquera lo suspendieron del cargo por 18 meses mientras se investiga la situación.

Nubia Stella Martínez, directora del Centro Democrático, dice que en el partido han sido rápidos para atender la situación y que los señalamientos los llevaron a una oficina de abogados. “Yo sí sigo muy pendiente. Pongo en conocimiento del caso a la dependencia que corresponde y eso termina en decisiones disciplinarias”, dice Martínez, la directora.

“Ese es un tema al que le doy la connotación de lo más grave. Tu no puedes sentirte amenazado estando en una colectividad. No puedes, por decir lo menos, sentirte incómodo. Pero mi lectura es que no se necesita un proceso especial para eso”, dice Martínez.

A pesar de eso, Mosquera siguió asistiendo a eventos en los que actuaba como coordinador de juventudes, sin que se hiciera una observación sobre la medida que se le había impuesto. Además, en la primera semana de agosto Mosquera viajó a Bogotá a un encuentro en el que estaban varios líderes juveniles del Centro Democrático.

Visitaron la sede nacional del partido y se reunieron con varios congresistas, entre ellos el representante Juan David Vélez. Luego, el 24 de julio, Mosquera resultó elegido en la Mesa Directiva de la Dirección Nacional de Juventudes, un cargo al que solo podían aspirar coordinadores departamentales.

Para las víctimas la participación activa de Mosquera no pasó desapercibida. “Yo le escribí a la veedora nacional pidiéndole respuestas y no dijo nada”, dice una persona que sufrió el presunto acoso de Mosquera y pide no ser identificada. 

Hasta ahora, a las víctimas las han citado individualmente, en la veeduría departamental, para contar los detalles de sus casos, aunque no es claro de qué servirán esos testimonios porque no hay un protocolo explícito para atender este tipo de situaciones.

Según Mery Becerra, la veedora nacional del Centro Democrático, “no investigamos delitos ni somos Fiscalía. Lo que velamos es por la buena imagen del partido y eso implica el comportamiento de los militantes”.

Si bien los partidos políticos no tienen facultades para judicializar, sus estatutos les permiten tomar medidas disciplinarias, como suspender a personas de sus cargos o, en su defecto, expulsarlos de la colectividad.

Esas medidas son importantes porque la mayoría de casos de violencias sexuales no llegan a la justicia ordinaria, que alcanza el 95 por ciento de impunidad, según organizaciones de mujeres.

Además, para atender a las víctimas, las instituciones deben cumplir una serie de protocolos que están establecidos en varios documentos de orden nacional e internacional. Por ejemplo, evitar que sean sometidas a careos con sus agresores, garantizarles que el hecho no volverá a repetirse, y no hacerles contar el relato múltiples veces.

En la izquierda hay avances, pero se reabren grietas

En la tutela que Hollman Morris le puso a Sara Tufano le pide que se retracte y “reconozca que incurrió en una falsedad al referirse a mi en los términos descritos”.

Tanto Morris como Tufano son precandidatos al Senado por la lista del Pacto Histórico, Morris con la Colombia Humana y Tufano con el Polo. La disputa entre sus posiciones no es nueva. “No es por estar en los primeros puestos de la lista, pero esta es una lucha que voy a seguir dando aquí hasta el final”, dice Tufano, refiriéndose a que el tema de la violencia de género no se pase por alto dentro del Pacto. Por su parte, Morris dice que “no aspiro ni quiero ser cabeza de lista del Pacto Histórico”.

En 2019, cuando era candidato a la alcaldía de Bogotá, tres mujeres dijeron públicamente que habían sido acosadas y agredidas por Morris. A pesar de las denuncias, la Colombia Humana y Petro sostuvieron su candidatura. El espaldarazo hizo que un grupo de mujeres terminara alejándose del partido. Algunas aterrizaron luego en el Polo Democrático, entre ellas Tufano.

A inicios de mes, la única investigación penal en contra de Morris fue archivada en la Fiscalía, lo que, para algunas personas que lo apoyaron tras los señalamientos, fue una victoria.

Pero la discusión ya había avanzado hasta el punto en que varias mujeres de la Colombia Humana trabajaron en por lo menos tres protocolos distintos de atención a las violencias basadas en género. Tenían diferencias en puntos centrales como en si el movimiento podría o no definir una candidatura de alguien denunciado por violencia sexual sin que hubiera un fallo de la justicia ordinaria. Esta discusión sigue en proceso y no ha concluído, ni hay un protocolo en firme aún.

La discusión interna es álgida, y clave de cara a la aspiración que Morris tiene al Senado. Su candidatura es la medida con la que muchas feministas leen el compromiso del Pacto Histórico con las mujeres.

Sin embargo, la tutela contra Tufano volvió a abrir una grieta que todavía no es claro cómo va a subsanar la coalición liderada por Petro. En su respuesta a la retractación, Tufano citó una carta de la Casa de la Mujer, de marzo de este año, que referencia otras cinco situaciones de presunto acoso sexual, laboral y maltrato por parte de Morris. Ninguna de ellas se había hecho pública hasta ahora, y casi ninguno de los partidos que la recibieron se pronunciaron al respecto.

Los testimonios nuevos recogen casos de “acoso sexual, amenazas de despido bajo presión laboral, gritos en el espacio privado y público, presiones para que las mujeres se inculparan de omisiones de Morris, asignación de tareas domésticas de su casa a empleadas de su despacho, lanzamiento de muebles en las oficinas y comportamiento agresivo”.

Según Olga Amparo Sánchez, directora de la Casa de la Mujer, una organización feminista, “en común acuerdo con las mujeres que estamos acompañando, dijimos que íbamos a enviar una carta a los partidos que hacen parte del Pacto Histórico. Lo hicimos a los teléfonos personales de varios integrantes. El único que contestó fue el Polo”. Y agregó: “¿Qué es lo que las mujeres quieren? que como una medida de reparación la Colombia Humana tenga una postura clarísima de no avalar a Hollman Morris para el Congreso”.

Hasta ahora, Morris sigue en firme con su aspiración. Y dentro del Pacto no hay ningún mecanismo que se lo impida. “Todo el mundo tiene derecho a denunciar. Pero una denuncia no es igual a que uno ha cometido un delito, que es como algunos sectores quieren hacerlo ver. Mis derechos políticos son poder participar y voy a hacer respetar mi derecho al buen nombre”, le dijo Morris a La Silla.

Con esas pruebas, un juzgado de Bogotá le dio la razón a Tufano y le negó la tutela a Morris. Ella no tendrá que retractarse.

Como contamos, el Pacto Histórico fue la primera coalición en definir que irá a las elecciones del próximo año con una lista cerrada, paritaria y están discutiendo si encabezada por una mujer..

Según Iván Cepeda, senador del Polo,“estamos en la elaboración de una comisión al interior del Pacto Histórico. Hay un conjunto de principios que deben representar quienes aspiren a las candidaturas”.

La comisión no tendrá facultades para sancionar, pero sí para emitir conceptos sobre qué tan idónea es o no una candidatura en relación con los principios de la coalición que, en todo caso, es una combinación de los de los partidos que la conforman y que tienen que negociar.

A pesar de que los partidos que conforman el Pacto Histórico son los que más han avanzado en discusiones sobre cómo enfrentar la violencia de género, las disputas desbordan los protocolos internos. El peso de la discusión recae en otros medios. Y, mientras los acusados siguen defendiendo los procesos en la justicia ordinarial, muchas de las víctimas no están dispuestas a denunciar. 

FUENTE: LA SILLA VACIA


Más Noticias