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junio 28, 2021

Las formas en que hombres y mujeres siguen justificando la violencia sexual


Más mujeres que hombres consideran que una violación a una prostituta no es una violación. El 25% de los hombres y el 18% de las mujeres creen que las mujeres que siguen con sus parejas después de que las golpean, es porque les gusta. Conozca la más reciente encuesta que midió qué tan tolerante es la sociedad y las instituciones con la violencia de género.

En un país como Colombia, abatido por el conflicto armado interno, la pobreza y la violencia, las mujeres no se libran de ser víctimas de delitos contra su libertad e integridad sexual. De hecho, según el Registro Único de Víctimas, de 1985 a la fecha, cerca de 29.189 mujeres han sido víctimas de agresiones de este tipo.

Como el problema de la violencia contra las mujeres ha sido histórico, y desde cada rincón del país se vive diferente: pues el “ser mujer”, y los roles impuestos dependen de manera particular si se vive en la ruralidad, en la ciudad, en cabildos indígenas o en los espacios de reincorporación. La necesidad del Estado ha sido entonces comprender estos diferentes contextos, realizarles seguimiento e inevitablemente medirlos y cuantificarlos para que sea posible generar políticas públicas para mitigar la violencia contra las mujeres apuntándole a reducir la cultura machista que persiste en la sociedad.

Así lo hizo la última Encuesta de Tolerancia Social e Institucional sobre las Violencias contra las Mujeres. Esta es la tercera medición que se realiza en Colombia, esta vez fue encabezada por la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer y ONU Mujeres con el apoyo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

El objetivo de esta encuesta es develar el nivel de aceptación y rechazo de hombres y mujeres sobre imaginarios, prejuicios y justificaciones frente a la violencia contra las mujeres en Colombia. Esta misma dinámica también se implementó con funcionarios y funcionarias públicas. Esto para develar cuál es el porcentaje de tolerancia dentro de las instituciones sobre premisas que refuerzan los estereotipos sexuales en la sociedad.

La encuesta a ciudadanos se realizó a casi 4.000 hombres y mujeres ubicados en diferentes partes del país como Barranquilla, Bogotá, Popayán, Tumaco, Florencia, Pasto, Cartagena y Buenaventura. Para conocer si las percepciones cambiaron en el tiempo, se comparó con el sondeo de 2015 y 2010.

En la sociedad hay imaginarios como que “el papel más importante de las mujeres es cuidar su casa y cocinar para su familia”. Estos fueron unos de los postulados que se presentaron en las preguntas. A nivel nacional hace una década, en 2010, el 41 % de los hombres y el 37 % de las mujeres estaban de acuerdo con esta afirmación. Este porcentaje se ha reducido significativamente. Actualmente, el 13 % de los hombres y el 12 % de las mujeres señalaron estar de acuerdo con este imaginario que perpetua la función social de la mujer al cuidado no remunerado.

Sin embargo esta realidad varía según la ciudad. De hecho, los territorios que muestran los porcentajes más altos de aprobación frente a este imaginario en Buenaventura (28%), Tumaco (19%), Florencia (13%), Villavicencio (13%) y Barranquilla (12%).

¿Cuántas veces no hemos escuchado que “las mujeres que siguen con sus parejas después de ser golpeadas es porque les gusta”? Infinitas. Este tipo de afirmaciones, asegura el informe, “invisibilizan los ciclos de violencias y la presión cultural que se ejerce sobre las mujeres, que las lleva a permanecer en una relación de pareja o a mantener unida a su familia aun cuando sea en detrimento de su propio bienestar”.

Frente a la pregunta de si estaban de acuerdo o no con esta frase, el informe devela que son los hombres quienes validan en un porcentaje mayor este tipo de imaginarios. En 2021, el 25 % de los hombres estuvieron de acuerdo con que las mujeres que han sido golpeadas por sus parejas y siguen con ellases porque les gusta. Esta cifra refleja un aumento de dos puntos porcentuales respecto a la medición de 2015.

En el caso de las mujeres, la medición realizada en 2015, apuntó que el porcentaje era de validación frente a esta afirmación era del 26 %, inclusive más alta que la de los hombres. Sin embargo, en la medición realizada en 2021, este porcentaje llegó al 18 %, es decir hubo una disminución de ocho puntos porcentuales en comparación a la anterior.

Pero los imaginarios machistas no solo comprenden el papel de la mujer en la sociedad, sino también de los hombres. Así, “a partir del prejuicio que existe de los hombres como seres rudos y fuertes se derivan otras creencias que se encuentran fuertemente arraigadas en el imaginario colectivo”. Por ejemplo: que “cuando los hombres están bravos es mejor no provocarlos”.

Como lo muestra la visualización, el 67% de las mujeres y de los hombres encuestados en 2015 estuvieron de acuerdo con esa afirmación. A nivel general, hubo una disminución en 2021, sin embargo, es preocupante que cerca del 40 % de hombres y mujeres validen que la violencia ejercida por los hombres es provocada.https://flo.uri.sh/visualisation/6533670/embed

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Para continuar con esta línea, el castigo físico es utilizado para sancionar o reprimir a las mujeres que actúan fuera de los socialmente aceptado según los roles sexuales establecidos por cada sociedad. En este caso, la afirmación es ”justificable pegarle a una mujer cuando ha sido infiel” es rechazada principalmente por las mujeres y en menor porcentaje por los hombres.https://flo.uri.sh/visualisation/6533980/embed

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Las ciudades que mostraron menor rechazo a que las mujeres sean golpeadas por ser infieles fueron Villavicencio y Pasto. En 2021, las ciudades que demostraron mayor aprobación de este tipo de comportamientos fueron Barranquilla, Florencia, Medellín y Popayán (3%).

Aunque es un porcentaje mínimo, la última medición indica que es mayor el porcentaje de mujeres que cree “una violación a una prostituta no es una violación”: el 3 % de los hombres encuestados estuvieron de acuerdo, así como el 5 % de las mujeres. En comparación con las mediciones anteriores hubo una reducción considerable, sin embargo persiste esta creencia que justifica la violencia contra las mujeres que ejercen la prostitución. En 2010, el 17 % de los hombres estaban de acuerdo y el 14% de las mujeres y en 2015 el 4% de las mujeres y el 5% de los hombres afirmaron estar de acuerdo con este enunciado.

En este sentido, indica el informe, “es particularmente preocupante el nivel de aceptación social que tienen imaginarios en los que de manera explícita se señala a las mujeres como directas responsables de las agresiones sexuales de las que han sido víctimas”. Uno de los imaginarios a los que se refiere es que “las mujeres que se visten de manera provocativa se exponen a que las violen”.

En la encuesta que se llevó a cabo en 2015, el 24% de las mujeres y hombres entrevistados afirmaron estar de acuerdo con este enunciado. Si bien las cifras de aprobación descendieron en 20 puntos porcentuales en los hombres (17%) y 24 puntos porcentuales para las mujeres (13%) en la medición de 2021, continúan siendo cifras que dan cuenta de una cultura que “culpa a la víctima de violencia sexual y no a quien ejerce la agresión”.https://flo.uri.sh/visualisation/6534692/embed

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En esta encuesta las ciudades con cifras de aprobación más altas fueron Buenaventura (26%), Villavicencio (19%), Barranquilla (16%) y Tumaco (14%). Cabe señalar que hubo un avance importante en Tumaco (Nariño), donde la aprobación frente a este tipo de juicios descendió 31 puntos porcentuales.

Una de las creencias arraigadas en la sociedad es que la “ropa sucia se lava en casa” haciendo énfasis en que los problemas del ámbito familiar no son de interés público. Este caso tiene un alto nivel de aceptación a nivel social (64 % de los hombres están de acuerdo y el 66 % de las mujeres). Al extrapolar este imaginario a los servidores y servidores públicas, esta tendencia se mantiene. El 59,4% de las servidoras y los servidores están de acuerdo, con solo un 31,6% de desaprobación. Este hallazgo es de gran relevancia, pues todavía se mantiene la creencia incluso dentro de las instituciones que frente a los problemas familiares o del hogar no debe haber intervención externa o de la comunidad.

Frente a los resultados de este estudio comparativo, Bibiana Aido Almagro, Representante de ONU Mujeres en Colombia, aseguró que “demuestran que el cambio social es posible, sabemos que las transformaciones culturales son lentas que pueden tomar su tiempo, pero que sí se puede lograr ese cambio en las acciones y actitudes de las personas que justifican y aceptan la violencia contra las mujeres”.

“La violencia de género debe ser tratada como un punto público como un asunto de Estado porque es la única manera de realmente acabar con ella. Llama la atención que la violencia contra las mujeres es una respuesta a una provocación, y que por tanto, las responsables de las violencias que sufren son las mismas mujeres. Esto continúa muy presente en el imaginario social y es algo que debemos erradicar. Esta pandemia nos vino a recordar que el lugar menos seguro para las mujeres es la casa”, aseguró la representante.

FUENTE: EL ESPECTADOR


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