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marzo 9, 2021

55% de los feminicidios de 2020 fueron cometidos por hombres en armas: Rivera


Este observatorio forma parte de la Red Feminista Antimilitarista que desde hace años le hace seguimiento a la violencia hacia las mujeres y las niñas en el país. EL NUEVO SIGLO dialogó con su directora, Estefanía Rivera.

EL NUEVO SIGLO: ¿Qué es el Observatorio Feminicidios Colombia?

ESTEFANÍA RIVERA GUZMÁN: El Observatorio Feminicidio Colombia es una herramienta que busca generar análisis de contexto en el que suceden los feminicidios en nuestro país. Tenemos un boletín nacional que se llama ‘Vivas nos queremos’ y un boletín regional ‘Ni una menos’

Nosotros hacemos seguimiento a más de 200 medios de comunicación comunitarios, locales, regionales, departamentales y nacionales.

ENS: ¿Cuál es la principal causa de feminicidio en Colombia?

ERG: Para nosotros el feminicidio no sucede solo por el hecho de ser mujer sino que es una violencia estructural, de poder, que tiene que ver también con la distribución de la riqueza, con la militarización de la vida. El año pasado nuestro Observatorio registró 630 feminicidios y entre enero y febrero de este año hemos registrado 106. El año pasado el 55% de los feminicidios los cometieron hombres en armas. Nosotros como organización feminista estamos, precisamente, en contra de la militarización de la vida de los barrios, de las comunas, del país.

Por eso construimos perfiles de protección para mujeres y niñas, es una estrategia que llamamos ‘Juntas nos protegemos’, y hacemos movilización pacífica para exigirle al Estado que garantice las rutas de atención y protección de las niñas y las jóvenes

ENS: ¿Por qué esta Red Feminista se llama ‘Antimilitarista’? ¿Tiene algo que ver contra la Fuerza Pública?

ERG: Nuestra red es feminista por el poder que tenemos las mujeres de concebir otra vida, y es antimilitarista porque estamos contra toda forma de violencia. Para nosotras es el Estado quien debería tener el control de las armas, estamos en contra del uso de armas y lo que implica para un país que ha vivido 60 años en guerra. No es que se refiere a la Fuerza Pública sino a hombres de otras estructuras armadas.

ENS: Usted habla de 630 feminicidios en 2020. ¿Eso fue en todo el país?

ERG: Sí, esa cifra es de todo el país. En los años que venimos haciendo el seguimiento Antioquia ha estado siempre en el primer lugar en número de feminicidios, seguido del Valle del Cauca. Y eso se da precisamente por la militarización de los territorios, de hombres en armas por los barrios y las comunas, el narcotráfico, las redes de microtráfico, el poder que les da las armas, la corrupción de lo público, todo eso ha influido.

ENS: Dice usted que son 106 feminicidios en 2021, la Fiscalía habla de 37. ¿Por qué esa diferencia tan grande?

ERG: Primero tenemos que hablar del alto nivel de impunidad que hay en este país. Hace poco Naciones Unidas habló de más de 2.000 feminicidios en diez años de los cuales solo el 13% logró sentencia condenatoria, y para la Fiscalía solo es feminicidio cuando se logra una condena por feminicidio.

Sabemos que muchos quedan en la impunidad, muchos casos no se investigan, sabemos las dificultades de los fiscales y los jueces para poder investigar estos casos. Y además el Estado solo concibe como feminicidios los homicidios donde hay relaciones erótico-afectivas, y sucede mucho con el feminicidio por sicariato. Nosotras tenemos claro lo que significa este tipo de crimen cuando se tiene el poder de las armas, entonces el subregistro es muy alto.

ENS: ¿Y qué pasa con las mujeres venezolanas?

ERG: Sí, el año pasado fueron 36 mujeres venezolanas asesinadas en Colombia, algunas en los departamentos fronterizos porque sabemos que allí hay unas estructuras de hombres en armas que se aprovechan de ellas, de sus condiciones económicas y de migración.

ENS: Desde su experiencia, ¿en qué aspecto hay una mayor brecha entre hombres y mujeres?

ERG: Tendríamos que hablar en términos estructurales, primero en cuanto a la distribución de la riqueza; las mujeres somos más de la mitad de la población en Colombia pero tenemos menos del 1% de la tierra con todo lo que eso implica en términos de empleo; el acceso al poder. Hay discriminación en acceso a los empleos de dirección, acceso a la política, etc. Las mujeres todavía estamos lejos de conseguir esos cambios estructurales.

FUENTE: NUEVO SIGLO


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