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octubre 22, 2020

En Bogotá, la probabilidad de que un joven de estrato bajo no estudie ni trabaje es del 46%


El informe “Jóvenes con Potencial” muestra el panorama de esta población que, en Bogotá, no estudia, no trabaja o se encuentra en la informalidad. Las probabilidades de estar en este grupo aumentan si se es mujer y de estrato bajo.

‘NiNi’ se le conoce a la población joven que “ni estudia ni trabaja”. Quienes hacen parte de este grupo se encuentran allí, no por quieran, sino porque carecen de oportunidades, tales como recursos económicos para acceder a educación superior, atender oficios del hogar no remunerados, y no tener la experiencia laboral que piden los empleadores, entre otros factores.

Este jueves, la iniciativa Global Opportunity Youth Network (GOYN), la cual opera en Colombia a través de la Fundación Corona, presentó su primer informe “Jóvenes con potencial: el panorama de los jóvenes que ni estudian ni trabajan o están en la informalidad en Bogotá”. Este documento, el cual echa mano de datos públicos, como los del DANE, muestra que en la capital, el 27 % de la población se encuentra entre los 14 y 28 años (lo que estadísticamente se conoce como población joven), es decir, 1 ’930.000 personas. De estas, al cierre de 2019, 248.400 se encontraban desempleadas y 175.038 en inactividad, por lo que se estima que en la capital el 18,3 % de los jóvenes no estudian ni trabajan.

Sumando a los que se encuentran en la informalidad, los “jóvenes con potencial” representan el 35,8 % de la población bogotana, de los cuales, el 55 % son mujeres. Hay que decir que esta problemática está más presente en la población femenina pues, en 2019, el 73 % de los desocupados e inactivos de la ciudad eran mujeres.https://widget.elespectador.com/?widgetId=2d32c1b124ef5b93bd6ac629d9fc1f23e200f4ea

El informe además detalla que en el mundo dos terceras partes de NiNis son mujeres. “Antes de la pandemia las mujeres ya desarrollaban el triple del trabajo doméstico y asistencial sin remuneración que los hombres y desde el comienzo de la pandemia esta proporción ha aumentado debido a que aún se les ata socialmente a las labores del hogar no remuneradas”, agrega.

Y si estos datos preocupaban, en 2020 aún más, ya que el efecto de la pandemia se ha encargado de empeorar la situación laboral. En Bogotá, la tasa de desempleo en agosto fue del 20,5 %, lo que significó un incremento del 13,5 % con relación al mismo periodo del año pasado, además de una cifra superior al 1 ’025.000 desocupados. Del mismo modo, la tasa de desempleo de los jóvenes de Bogotá fue de 18,7 % en 2019, este año la tasa subió a 33,3 %.

La situación se acentúa si además la persona vive en un territorio de baja estratificación, ya que la probabilidad de que un joven en Bogotá no estudie ni trabaje es de un 46,5 %, si pertenece a un hogar de estrato 1 o 2. Si se es mujer, la estimación crece a 62,8 %. En contraste, si la persona pertenece a un hogar de estrato 5 o 6 la probabilidad de que no estudie ni trabaje es del 14 %. Las cinco localidades que tienen más participación en el número de jóvenes que ni estudian ni trabajan son Kennedy (16 %), Ciudad Bolívar (13,8 %), Suba (13 %), Bosa (11,6 %) y Engativá (7,9 %).

La educación también es otro elemento determinante en esta realidad. El informe detalla que en 2019 la probabilidad de que un joven se convirtiera en trabajador informal era del 34 %, sin embargo, la cifra aumenta a un 40 % cuando este solo tiene educación media, y a un 57 %, cuando solo tiene un nivel educativo de secundaria.

Frente a estas barreras, incluso hay quienes abandonan la idea de buscar un trabajo. En Bogotá, la principal razón por la que los jóvenes inactivos dejan de hacerlo es por responsabilidades familiares, esta razón ocupa representa al 73 % de las mujeres y al 10,4 % de los hombres. Le siguen otras como dedicarse a estudiar (15,5 % en hombres y 4 % en mujeres), por enfermedad (16,4 % en hombres y 5 % en mujeres), por la edad (11,3 % en hombres y 3 % en mujeres), no encuentra el trabajo apropiado (7,8 % en hombres y 1 % en mujeres) y no desea trabajar (5,9 % en hombres y 1 % en mujeres).

“Analizar las causas de las problemáticas de los jóvenes con potencial requiere analizar toda la trayectoria, desde la educación hasta el empleo, para entender los diferentes problemas del sistema y en cuales se requiere mayores esfuerzos para mejorar esta situación. Uno de estos puntos críticos es la deserción escolar y la formación posmedia que tiene repercusiones directas en la tasa de desempleo juvenil” dice Daniel Uribe, director de la Fundación Corona.

Con la publicación de este informe, GOYN y Fundación Corona buscan hacer visible este panorama para que, entre diferentes actores sociales, se busquen estrategias que permitan mitigar esta problemática. La meta que se han trazado es que a 2030 se pueda conectar a 85.000 jóvenes a oportunidades laborales y educativas.

FUENTE: EL ESPECTADOR


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