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julio 27, 2020

El beneficio judicial a un acusado de violación activa al feminismo chileno en plena pandemia


Los tribunales no dejan en prisión preventiva al imputado de atacar a una joven que terminó suicidándose

“Si violan la cuarentena van presos. Si nos violan a nosotras, no”. La protesta de las chilenas y los colectivos feministas se multiplican en diferentes espacios en rechazo a la decisión de la Justicia de no decretar la prisión preventiva en contra Martín Pradenas, de 28 años, que en septiembre pasado atacó sexualmente a Antonia Barra, de 21. La joven se suicidó el 13 de octubre luego de la agresión. En la noche del miércoles, en diferentes ciudades del país, las mujeres se manifestaron con cacerolazos en plena pandemia por la covid-19, que ha dejado al menos a 8.722 fallecidos en cuatro meses. Luego del llamamiento de Lastesis, las autoras de la instalación El violador eres tú, el himno contra la violencia machista que Chile exportó al mundo se escuchó a las nueve de la noche desde balcones y ventanas de barrios diversos.

“Porque el patriarcado es un juez, porque Martín Pradenas es violador, por todas”, señalaba la convocatoria del colectivo, que invitó a las manifestantes a dedicarla al hombre imputado por el delito de violación, pero que el magistrado dejó solo con arresto domiciliario, pese a las peticiones de la Fiscalía de decretar la prisión preventiva. Hubo protestas en Santiago, la capital, y las ciudades de La Serena –en el norte–, Los Ángeles, Concepción, Lota, Valdivia, Osorno, Puerto Montt, Punta Arenas, en el sur, entre otras. En las redes sociales, las mujeres se organizaron para colgar fotografías con el mensaje “Alerta morada por Antonia Barra”. Cientos de imágenes muestran las escenas de protesta, incluso en la calle en medio de la pandemia. “¡Ninguna mujer se emborracha para ser violada!”, decía el letrero de una joven con mascarilla en alusión a las ofensivas frases que el abogado de Pradenas señaló el martes en la audiencia de formalización. “Estaba prendida, estaba audaz. El alcohol produce desinhibición”, indicó Gaspar Calderón, desatando el rechazo y la indignación transversal.

Las movilizaciones se replicaron en Temuco –a unos 680 kilómetros al sur de la capital–, la ciudad donde residía Antonia Barra y donde todavía vive el agresor. Fuera de la casa de sus padres, mujeres se reunieron para protestar, aunque el sujeto estaría cumpliendo el arresto domiciliario en otro lugar. La violación y suicidio de la veinteañera se produjo casi en paralelo a las revueltas de octubre. Aunque en marzo explotó la pandemia, la agresión contra la joven universitaria concitó desde el principio el interés ciudadano y del feminismo, punta de lanza de los movimientos sociales y que mostró su fuerza el 8-M con dos millones de mujeres a las calles. La audiencia de formalización de Pradenas del martes, transmitida en línea por el Poder Judicial, logró un récord: 1.088.815 conexiones a la web, con un pico de 37.000 usuarios conectados simultáneamente, incluso desde países como Estados Unidos, España y Brasil. Se trató del mayor número desde 2013, el año en que comenzaron a transmitirse de esta forma las audiencias.

La Fiscalía de Temuco le imputó a Pradenas cinco delitos de presunto abuso sexual y/o violación a otras mujeres ocurridos entre 2010 y 2019, aunque el juez resolvió la prescripción de dos de los casos. Entre los ataques de los que se les acusa está un abuso sexual ocurrido entre diciembre de 2012 y enero de 2013 a una denunciante que tenía en ese momento 13 años.

De acuerdo al relato del fiscal, Miguel Ángel Rojas, Antonia Barra llegó el 17 de septiembre a una discoteca de la localidad lacustre Pucón, en la región de la Araucanía, en compañía de una amiga y su novio. De acuerdo al relato de los muchachos, habrían tomado una botella de champaña cada uno antes de ingresar al recinto, donde la joven fue abordada por Pradenas, que la acosó por horas y logró convencerla para salir del lugar. Entre las pruebas entregadas por el Ministerio Público está un video grabado por las cámaras de seguridad de un supermercado cercano que muestra a Antonia Barra caminando con dificultad junto al imputado. La encargada de las filmaciones del negocio, declaró: “Se quedaron en una esquina en la que el chico quería intimar con la niña, ella estaba muy bebida y se notaba que ella no quería tener relaciones”.

A la mañana siguiente, la víctima llamó a su amiga alterada y llorando. Le había enviado un mensaje por WhatsApp donde Antonia Barra escribió: “Toy violada”, junto con especificar que Pradenas la había encerrado. Además, le envío la ubicación donde se encontraba, una cabaña alquilada por el agresor y sus amigos con motivo de las Fiestas Patrias chilenas que se celebran en septiembre. La pareja fue a buscarla y, de acuerdo al fiscal, Antonia Barra se veía muy afectada y pidió no relatar lo que había ocurrido.

Fue la propia joven la que, sin embargo, el 12 de octubre le relató la agresión sexual a su exnovio, de acuerdo a los mensajes que los padres de la universitaria encontraron en su teléfono móvil posteriormente. Al día siguiente, se despidió del muchacho diciéndole que desaparecería de la vida de todos “para no tener mayores problemas”, indicó el fiscal. A las pocas horas, Antonia Barra se quitó la vida.

En una entrevista a una radio local, el padre de la víctima, Alejandro Barra, le pidió a la gente que los siga apoyando. La Fiscalía, en tanto, apeló a los tribunales para lograr la prisión preventiva y revertir la prescripción de las otras denuncias contra Pradenas.

FUENTE: EL PAIS


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