De enero del 2019 y hasta la fecha se han contabilizado al menos 158 feminicidios de adultas mayores.

De acuerdo con las cifras oficiales, la violencia contra las mujeres ha aumentado en los últimos años. Especialistas coincidieron que entre los grupos más vulnerables se encuentran las mujeres mayores de 60 años, quienes además de ser víctimas por su edad y género se desconocen las cifras exactas sobre la violencia que padecen.

Los datos que recopila el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, informan sobre tres grupos de edad de mujeres víctimas de violencia, menores entre 0 y 17 años, adultas de 18 años y más, y no especificado, dejando a un lado la cifra exacta de mujeres de la tercera edad.

Según el Mapa de Feminicidio elaborado por María Salguero entre enero del 2019 y marzo de este año, 158 mujeres mayores de 60 años fueron víctimas de feminicidio, aunque la especialista indicó que la cifra puede ser mucho mayor.

“Las mujeres mayores están invisibilizadas y uno se pregunta cómo una mujer de la tercera edad puede ser víctima de un delito, pero tenemos casos en que mujeres mayores de 60 años tienen rastros de violencia sexual”, afirmó la experta entrevistada por El Economista.

La directora de la Red Nacional de Refugios, Wendy Figueroa, sostuvo que del total de mujeres mayores de edad que ingresan a los refugios, alrededor de 66% son víctimas de sus hijas e hijos y 33% fueron agredidas por sus parejas.

“México no tiene políticas públicas en la atención integral a mujeres mayores de 60 años, no solamente en el tema de violencias hacia ellas, sino que tampoco hay pensiones dignas”, refirió.

Consideró que, como sociedad, se debe comenzar a trabajar por reconocer los derechos humanos con perspectiva de género.

A su vez, la coordinadora de la subcomisión de feminicidio en la Cámara de Diputados, Lorena Villavicencio, recordó que en el Código Penal hay una prohibición a desamparar a los adultos mayores y también agregó que hay sanciones contra las y los agresores de las mujeres mayores de edad.

Del mismo modo, reconoció que se deben considerar las labores de cuidado que no son remuneradas y que recaen generalmente en las mujeres.

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