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septiembre 16, 2019

Magdalen Berns: heroína feminista de nuestro tiempo


Magdalena nos dejó muy pronto, falleció la mañana del viernes 13 de Septiembre de 2019 debido al glioblastoma contra el que venía batallando hace dos años. Magdalena se fue rodeada del amor de su familia y amistades, la noticia de su muerte impactó profundamente a sus seguidoras, a pesar que ya se había hecho público desde el último 21 de Agosto, que había entrado en cuidados paliativos, todas esperábamos llenas de esperanza que logre revertir la situación. Ante la noticia, innumerables homenajes de mujeres de diferentes países, llenaron las redes sociales celebrando la valentía de su vida, la potencia de su voz y la brillantez de su intelecto.

Es difícil hablar de ella en tiempo pasado. En sus propias palabras ella era “…Lesbiana (no del tipo político), graduada en Física por la Universidad de Edinburgh,  FLOSS hacker (del tipo legal), una feminista XX (no del tipo divertido), ex boxeadora aficionada (del tipo competitivo), bloguera, activista, libertaria cultural, londinense, crítica de la religión, el capitalismo, las identidades políticas, el conservadurismo, el neoliberalismo y las normas de género socialmente impuestas.”

Magdalena entendía perfectamente la necesidad global de que nosotras como mujeres, nos posicionemos y construyamos nuestros propios espacios para hablar de sexo, criticar desde el feminismo la identidad de género, y las cuestiones que impactan los derechos humanos de las mujeres. Fue acosada en su propia universidad tanto por el alumnado como por la directiva, por declararse abiertamente lesbiana y decir en reuniones públicas que el problema de la identidad de género es real y que afecta principalmente a las mujeres ya que nos está siendo arrebatado el sujeto político del feminismo. Fue golpeada por decir que las lesbianas no tienen pene, fue acosada virtualmente y llamada de mil maneras despectivas, la calificaron “terf”, la acusaron de “transfobia” y muchos otros insultos simplemente por decir la verdad. Ella decidió seguir hablando, denunciar lo que el neoliberalismo y el llamado “feminismo mainstream” trata de vender: el patriarcado de toda la vida con un disfraz progresista.

Fue acosada en su propia universidad tanto por el alumnado como por la directiva, por declararse abiertamente lesbiana y decir en reuniones públicas que el problema de la identidad de género es real y que afecta principalmente a las mujeres ya que nos está siendo arrebatado el sujeto político del feminismo.

Ella pudo haber mirado a otro lado y simplemente seguir con su vida, evitarse malos ratos, alejarse de todo… pero sin embargo decidió hablar, y lo hizo de manera crítica y fundamentada, por lo que desde Abril del 2016 Magdalena nos entregó vídeos sobre feminismo, defendiendo en cada entrega los derechos de las mujeres en general y las mujeres lesbianas en particular. Su posicionamiento frontal como feminista crítica del género era su característica principal, eso y la claridad de sus argumentos. Rápidamente se hizo muy popular y sus vídeos en youtube ganaron cientos de miles de vistas en muy poco tiempo, porque además de la fortaleza de sus argumentación, tenía un sentido del humor irreverente, que nos acercaba a la teoría desde una perspectiva más amigable.

Creo que no exagero cuando digo que las feministas radicales, en mayor o menor medida, encontramos en Magdalena un ejemplo necesario para poder expresar desde nuestro lugar en la sociedad, la importancia del debate feminista sobre las cuestiones que nos afectan directamente a las mujeres. Compartir con ella esta lucha, ha significado para muchas de nosotras, orgullo, hermandad, autocrítica… hemos creado redes fuertes, protegiéndonos unas a otras y enfrentando a neoliberales, misóginos y defensores del género con la misma fuerza con la que ella lo hubiera hecho. Magdalena es una inspiración y su legado no termina aquí.

en la Primera Marcha del Orgullo Trans realizada en Londres, se ha hecho una convocatoria en redes sociales para golpear y simular ahorcamientos de las llamadas “terfs”en otras palabras, golpear y acosar a las feministas críticas del género

Ahora es momento de continuar con las herramientas que nos ha heredado, como tantas mujeres maravillosas antes de ella, se fue cuando la realidad nos muestra que es ahora cuando más la necesitamos. Los ejemplos de lo imprescindible que se ha vuelto el posicionamiento feminista ante los discursos neoliberales del transgenerismo saltan a la vista, ahora que en la Primera Marcha del Orgullo Trans realizada en Londres, se ha hecho una convocatoria en redes sociales para golpear y simular ahorcamientos de las llamadas “terfs”en otras palabras, golpear y acosar a las feministas críticas del género que defienden los espacios exclusivos de las mujeres y que exigen que se deje de renombrar la categoría mujer y se deje de decir que las lesbianas tienen pene.

La violencia machista estructural de nuestra sociedad es real, una simple búsqueda en Twitter en el hashtag #RIPMagdalenBerns, nos muestra una absurda cantidad de usuarios, en su mayoría transactivistas y sus “aliades” faltandole el respeto a Magdalena, llamando a sus seguidores a ir a bailar sobre su tumba, alegrándose de su muerte, agradeciendo el tumor cerebral que le causó la muerte. Todo eso claro, no es considerado discurso de odio por las mayores redes sociales, donde sin embargo a muchas de nosotras nos han vetado por decir que las mujeres tenemos vagina. Esas mismas plataformas, que apoyan este tipo de discurso neoliberal disfrazado de progresismo, son las que nos obligan a nosotras las mujeres a escondernos, a usar seudónimos, a evitar manifestaciones, reuniones políticas públicas, por nuestra propia seguridad y por la seguridad de nuestras familias.

¿Por qué digo que Magdalen Berns es una heroína feminista? Porque ella se enfrentó al enemigo con sus manos desnudas, por nosotras y para nosotras, y es momento que hagamos lo mismo por ella y por las que nos antecedieron, y sobretodo por las que vendrán. No podemos quedarnos calladas, es un deber feminista en los tiempos que corren que cada una se adueñe de su propia voz, en el espacio que cada quien pueda, ya sea haciendo callar al cuñado, compartiendo libros con otras compañeras, hablando en el trabajo sobre la necesidad de propuestas feministas, votando por candidatas que representen nuestros ideales… Hay muchas maneras de hacernos del poder de nuestra propia voz. Si todas juntas lo hacemos, estaremos más cerca de la sociedad libre y feminista que queremos.

FUENTE: TRIBUNA FEMINISTA


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