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julio 8, 2019

A juicio este lunes un acusado de abusar de una niña que empleó en su casa por dinero y comida


La Audiencia Provincial de Almería tiene previsto acoger este lunes la vista oral contra el empresario hostelero acusado de abusar sexualmente en varias ocasiones a una niña de 13 años a quien tenía «empleada en su casa» para que realizase «tareas domésticas a cambio de dinero y comida».

El juicio, que fue suspendido el pasado mes de diciembre después de que no fuera posible localizar a la menor, cuya guarda está encomendada a un centro de protección de menores dependiente de la Junta de Andalucía.

La niña, quien fue encontrada por agentes de la Policía Nacional en situación de desamparo y precariedad en el Paseo Marítimo de la capital en febrero de 2017 en una actuación en la que detuvo a su madre acusada de prostituirla, tenía que esconderse en muchas de esas ocasiones en el cuarto de baño para «esquivar el contacto».

Pese a que el Juzgado de Instrucción 5 de Almería procesó en escrito de conclusión de sumario a la progenitora como autora de presunto delito de abandono de menores, el Ministerio Público no formula acusación contra ella «por no habérsele podido recibir declaración indagatoria». El procesado se enfrenta a nueve años de prisión.

El escrito de calificación provisional elevado a la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, al que ha tenido acceso Europa Press, recoge que J.M.S.P. contactó con la niña, quien tiene un hermano de nueve años, en el Paseo Marítimo ya que ella «deambulaba frecuentemente por él».

Así, le propuso «ayudarle en las tareas domésticas a cambio de dinero y comida» para, de este modo, «remediar su situación de desamparo y de precariedad», proposición a la que la víctima accedió.

La fiscala señala que, desde diciembre de 2016 hasta el 19 de enero de 2017 en el que la Policía Nacional procedió a su detención, J.M.S.P. le hizo presuntamente de «manera habitual proposiciones deshonestas con intención de satisfacer sus deseos libidinosos» y también la sometió a «tocamientos, frotamientos y besos».

El procesado, además, la «sujetaba con fuerza para evitar que huyera» ya que la niña le expresaba «su negativa y rechazo» y corría a «esconderse a veces en el cuarto de baño para esquivar el contacto».

El Ministerio Público atribuye al empresario hostelero la presenta comisión de un delito continuado de agresión sexual a menor de 16 años e interesa, al margen de la pena privativa de libertad, que se le imponga la medida de libertad vigilada por un periodo de ocho años.

Solicita, asimismo, que se le prohíba acercarse a la niña a menos de 300 metros durante diez años y que abone una indemnización de 10.000 euros por los daños morales causados.

Durante el registro de la vivienda del detenido se encontraron algunas fotografías de la menor que no tendrían un carácter sexual explícito, aunque sí sugerente para el arrestado

NO HUBO PROSTITUCIÓN

La Fiscalía ya sostuvo, en contra de lo afirmado por la Policía Nacional, que la menor rescatada nunca tuvo «relaciones sexuales» por precio ni por otro tipo de compensación y señaló que acudía a la casa del procesado a ejercer labores de «servicio doméstico» con el fin de obtener dinero para adquirir alimentos para su familia así como alcohol y tabaco para su madre.

Ésta, quien quedó en libertad con cargos al principio de la investigación, «no facilitaba la prostitución» aunque sí tenía serios «problemas de alcoholismo» por lo que sí exigía a la niña que llevara a casa comida, cerveza y tabaco, de modo que si no lo hacía, era insultada o agredida.

Durante el registro de la vivienda del detenido se encontraron algunas fotografías de la menor que no tendrían un carácter sexual explícito, aunque sí sugerente para el arrestado.

Tanto la niña como su hermano menor de 9 años pasaron al amparo de la Junta de Andalucía ya que estaban expuestos a un «abandono total» por parte de su progenitora.

La niña se encontraba sin escolarizar este año, si bien había asistido a clase con anterioridad en otra provincia en la que había residido con su familia y su rendimiento escolar era «excelente».

Tanto la niña como su hermano y su madre vivían como ‘ocupas’ en un piso de la capital almeriense, al que llegaron hace meses después de haber residido temporalmente en El Ejido, donde tampoco fue a clase.

FUENTE: TRIBUNA FEMINISTA


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