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mayo 27, 2019

Leidy Asprilla: trágico final en 1 de 11 casos diarios de desaparición


No hay que esperar 72 horas para reportar una desaparición, sobre esto no deben quedar dudas.

Entre las muertes absurdas que suelen sorprendernos a los colombianos quedará, sin duda, la de Leidy Asprilla, la futbolista de 22 años que hace una semana salió en su moto por una carretera del Valle del Cauca y nunca llegó a su destino.

Tres días después, su cadáver fue encontrado por uno de los voluntarios que salieron a buscarla, tras la alerta pública que dio su familia. 

En un aparente accidente terminó la vida de una deportista valiente, que nunca hizo cálculos a la hora de denunciar las prácticas de acoso y machismo que siguen rondando en el fútbol profesional colombiano.

La familia cuestiona que la Policía se negó a recibir el reporte de la desaparición porque no habían pasado 72 horas desde la última vez que supieron de ella.

Se trata de una queja demasiado frecuente que, además, no se fundamenta en ninguna norma. Sobre esto no deben quedar dudas y la Dirección de la Policía bien debía recordárselo a cada uno de sus comandos: toda autoridad competente, como de hecho lo viene haciendo la Fiscalía, está obligada a iniciar la investigación cuando se reporta la desaparición de una persona.

Sí es cierto que ante la avalancha de delitos comprobados el personal policial resultará siempre insuficiente y, por lo tanto, se deben priorizar algunas búsquedas. También es verdad que buena parte de los casos, por fortuna, no están asociados a un delito o a una situación trágica.

Pero hay muchos otros, como el de Leidy, en los que la alarma de sus allegados estaba totalmente justificada.

Según los registros de Medicina Legal, este año, a corte de este domingo, han sido reportados como desaparecidos 982 hombres y 647 mujeres. 

Son al menos 11 personas cada día, y la zozobra por desconocer lo que realmente ocurrió puede durar para muchas de esas familias una vida entera.

Tan solo en Bogotá, se han realizado, desde que se llevan registros, 42.419 denuncias de este tipo, de las cuales 542 corresponderían a desaparición forzada.

Más de 1.400 de esas personas aparecieron muertas. Otras 14.962 fueron halladas a salvo y hay unas 26.000 sobre las que, al menos oficialmente después de la denuncia, no se tiene noticia. En muchas de esas desapariciones, se presume que simplemente no se reportó el regreso del familiar perdido.

De nuevo, en el universo de casos, son más los que resultan falsas alarmas. Pero en los que la desaparición está ligada a una muerte, sea esta trágica o producto de un crimen, muestra cómo ese plazo de las 72 horas para que las autoridades actúen resulta, por lo menos, inhumano.

FUENTE: EL TIEMPO


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