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marzo 22, 2019

Una ley marroquí permitió casar a 25.000 menores de edad en 2018


El ministro de Justicia de Marruecos reconoció que los casos de matrimonios infantiles son “cifras que dan miedo”, pero al mismo tiempo recordó que hay unas “especificidades marroquíes” que impiden terminar con esta práctica.

En Marruecos el año pasado se casaron cerca de 25.000 menores de edad, la mayoría niñas.AFP

Una ley marroquí del Código de Familia permitió el pasado año el matrimonio de 25.514 menores, casi exclusivamente niñas, que supusieron el 9,13% de todas las bodas celebradas en el país, expuso hoy el ministro de Justicia, Mohamed Aujjar.

Sin embargo, esta cifra puede llegar a los 40.000 casos (20% del total) si se toman en cuenta las diferentes formas de “matrimonio tradicional” que se celebran con la mera presencia de testigos y la lectura del Corán, y que son legalizados posteriormente, apuntó por su parte Amina Buayach, presidenta del Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Aujjar y Buayach participaron en una jornada de sensibilización organizada por el CNDH y el Consejo de Europa sobre el matrimonio infantil en Rabat, donde quedó muy claro que hay mucho camino por delante.

El título de la jornada, “Restablecer la norma y abolir la excepción”, se refiere al hecho de que un artículo de la Mudawana (el código de familia) aprobada en 20014 se ha convertido en un “coladero” que ha permitido que el matrimonio infantil disminuya solo muy lentamente.

Mientras que el código establece que la edad para casarse es de 18 años, el artículo 20 especifica después que el juez de familia puede autorizar el matrimonio de un menor “con una decisión motivada precisando el interés y el motivo”, siendo preciso además apoyarlo con un informe médico o social.

Ha sido ese artículo, que preveía las excepciones, el que se ha convertido en norma, pues los jueces de familia se muestran generalmente de acuerdo con las demandas de bodas de menores.

El ministro de Justicia reconoció que los casos de matrimonios infantiles son “cifras que dan miedo”, pero al mismo tiempo recordó que hay unas “especificidades marroquíes” que impiden terminar con esta práctica, más usual en la montaña y en el campo que en las ciudades.

Aujjar también aludió repetidamente a los necesarios “equilibrios entre las circunstancias sociales y los compromisos internacionales de Marruecos”, que hasta el momento han impedido abolir la práctica.

En la sala se encontraban numerosos representantes de la sociedad civil y de organismos del Estado, pero faltaban representantes de partidos políticos, únicos habilitados a cambiar la ley y que en el pasado han mostrado una gran reticencia al respecto.

El ministro Aujjar reconoció que “la clase política está atravesada por una corriente muy conservadora que se ha expresado en varias elecciones, y también eso hay que tenerlo en cuenta”.

La alusión de este ministro, procedente de un partido laico, era una apenas velada referencia al islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD), pues, pese a compartir coalición de gobierno, no desaprovechan la ocasión de criticarse entre ellos.

En 2014, el tema del matrimonio infantil llegó al Parlamento y allí no solo el PJD se opuso a prohibirlo tajantemente; en realidad, una mayoría aplastante de partidos se mostraron comprensivos con “la realidad del Marruecos rural” o con “las tradiciones”, y como resultado la ley quedó como estaba.

“Sigue siendo un debate muy conflictivo en Marruecos -reconoció hoy el ministro-; debemos convencer a unos y otros y tomar en cuenta a todoss las componentes de esta sociedad. Nos toca trabajar con universidades, con ulemas, con ONGs y con escuelas. Estamos convencidos pero Marruecos siempre apuesta por el cambio tranquilo”, zanjó.

El representante del Consejo de Europa en Marruecos, José Luis Herrero, pidió que el debate tuviera en cuenta que en el matrimonio de una niña menor es muy improbable que haya consentimiento por su parte, lo que equivale a “un atentado contra los derechos fundamentales”.

FUENTE: EL ESPECTADOR


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