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diciembre 13, 2018

Serie documental “Somos más que 11” – Entrega XIII: Ramiro Echeverry Sánchez


El Centro Nacional de Memoria Histórica presenta el primer ejercicio de memoria sobre el caso de los diputados del Valle del Cauca, secuestrados y asesinados por las FARC. En esta décimo primera entrega de la serie documental “Somos más que 11” conocerá la historia del diputado Ramiro Echeverry Sánchez, quien demostró que con educación y persistencia todo se puede lograr. Sus 23 años de ejercicio político en diversos cargos públicos (comisario, contralor, concejal…) se caracterizaron por su pulcritud y eficiencia.

Diana Echeverry, hija del diputado del Valle del Cauca Ramiro Echeverry Sánchez, secuestrado y asesinado por las FARC, recoge en una larga carta la vida y la imagen de su padre, desde que era un niño travieso hasta que recibió la noticia de su muerte. Allí les cuenta a sus sobrinas, que no lo conocieron, cómo era su abuelo. En sus palabras, era un “negro fino, alto de 1.80, de contextura gruesa, canoso, ‘pinchado’ en el vestir, de saco y corbata, zapatos, correa y maletín del mismo color y oliendo a Grey Flanner. Hincha del Cali, fanático del manjar blanco, apasionado por la salsa y la música cubana, buen bailarín de pachanga y charanga, jardinero, fanático de los paseos, seguidor de las pinturas del maestro Bolaños (…) amante de la comida de mar y del Sello Negro”.

“Me contaba que en la vida muchas veces le dijeron: ‘vos negro no vas a llegar a ningún lado’. Para la época, el racismo y la injusticia de la sociedad hacían pensar que ‘ningún negro llegaba lejos’. Pero él mostró que la gente puede decir lo que sea y que pueden existir obstáculos, pero uno siempre puede lograr lo que se propone en la vida”, escribe Diana. Sus compañeros políticos subrayan su liderazgo en el Concejo, su esfuerzo por reducir los impuestos de la tierra para los pequeños propietarios, su coraje para defender el medio ambiente de la quema de la caña de azúcar, su manera de hacer política uniendo fuerzas con sus amigos, su compromiso con las ideas liberales.

Ramiro Echeverry tenía un sueño: ser alcalde de Palmira. Y sus amigos, en broma, le decían: “Los de los clubes de Palmira nunca permitirán que un negro sea alcalde”. Pero en el fondo, no dudaban de que lo lograría porque su dedicación, su carisma y el trabajo social que realizaba con esmero, lo hacían un fuerte candidato. Sus amigos suelen decir que solo su muerte impidió que Palmira tuviera el primer alcalde negro.

Era un hombre disciplinado para el trabajo, madrugador y exigente. El día del asalto de las FARC a la Asamble del Valle, el 11 de abril del 2002, Ramiro Echeverry Sánchezfue uno de los diputados que llegó puntual a la sesión. Ese día, cuando su vida estaba en riesgo, solo pensó en darles tranquilidad a los suyos. Ana Milena, su esposa, aún conserva la nota que le hizo llegar a su familia recién secuestrado: “Ana Milena, tranquila que estoy preparado, por favor no se desespere. Dianita y Ramiro Andrés que tengan tranquilidad, que estén juiciosos y estudien mucho (…). Los quiero mucho. Mucha calma. No se desesperen”.

Diana recuerda que desde el cautiverio su papá mantuvo un ánimo inspirador. Se imaginaba que “seguramente estaba aprovechando esos espacios para estar consigo mismo y con la naturaleza. Todos sabíamos que era un guerrero”. También recuerda que “tocamos muchas puertas para que lo liberaran, pero ninguna se abrió. Durante el cautiverio del abuelo, nuestras vidas también estaban secuestradas. Nuestros días cambiaron. Mi mamá dejó de salir a la calle, le daba miedo que llamaran y no la encontraran. Mi hermano y yo no salíamos a ningún lado, solo a estudiar. Durante esos años también fuimos víctimas de extorsiones por parte de delincuentes comunes que se hacían pasar por miembros de las FARC. Fueron años oscuros, de mucho temor, angustia y rabia”.

Su hijo Ramiro Andrés cuenta que la noticia de la muerte fue difícil pero no sorpresiva “porque sabíamos que era uno de los riesgos del cautiverio. Fue doloroso cómo se dio la noticia: sin cuerpos, con muchas especulaciones. Fue como un velorio de dos meses en donde el dolor se dividió en varios días. Fue una experiencia muy fuerte y se hace más dolorosa cuando uno mira para atrás”.

Conozca la historia de Ramiro Echeverry Sánchezdescargando aquí el informe “El caso de la Asamblea del Valle: tragedia y reconciliación”, y siguiendo la serie documental “Somos más que 11”.

FUENTE: CENTRO DE MEMORIA HISTÓRICA


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