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diciembre 7, 2018

90 horas de video analizadas para resolver ataque a mujer en Rosales


Así capturaron a tres de los cuatro implicados en el intento de homicidio contra Adriana Sobrero.

Ataque en RosalesA Adriana Sobrero la atacaron en el parqueadero de su edificio residencial la noceh dle 15 de enero del 2018.

Rosales

A Adriana Sobrero la atacaron en el parqueadero de su edificio residencial por robarle su camioneta. Ilustración: Juan Sebastián Villegas.

07 de diciembre 2018 , 07:18 a.m.

En la carrera séptima con calle 53 la “engancharon”. Así empieza su relato el investigador de la Sijín, revelando uno de los muchos términos que suelen usar los delincuentes y que él, de tanto buscarlos y capturarlos, traduce con facilidad.

En este lugar, en pleno corazón de Chapinero –y mientras esperaba el cambio de semáforo para tomar la séptima al norte–, tres hombres y una mujer, a bordo de una camioneta Duster blanca, vieron en Adriana Sobrero y su Toyota TXL blindada, la víctima perfecta.

“Los criminales estaban patrullando la zona”, suelta el detective el segundo concepto criminal para explicar que estas personas suelen salir, en uno o dos vehículos, a rondar calles y avenidas de la ciudad en busca de las camionetas que roban por pedidos. La noche del lunes 15 de enero del 2018, en este céntrico sector, se inició una silenciosa persecución.

Desde este punto y hasta la tranquilidad de la calle 74 con carrera 3.ª, en el barrio Rosales, los delincuentes siguieron a la mujer, de 31 años y 17 semanas de embarazo, que esa tarde había estado con algunas amigas en el centro comercial Andino. Adriana llegó desprevenida a su casa, sin notar que detrás de ella venía el hombre que cambiaría su vida para siempre.

A las 9:30 de la noche, desde su auto y de manera remota, abrió la puerta del garaje y, con tranquilidad y prudencia, ingresó en reversa al parqueadero. Con la mirada apuntando a la calle, finalmente los vio.

Un carro blanco se atravesó en la puerta de ingreso al edificio para impedir que esta se cerrara, y dos hombres corrieron hacia ella. Le apuntaban con un revólver, le golpeaban el vidrio, le gritaban que se bajara del carro.

Barrio Rosales

En esta cuadra, los delincuentes abordaron a Adriana Sobrero Salazar.

Foto:

Alejandra Tibacan

Invadida de miedo, creyó que los delincuentes querían su celular y cometió un error fatal. Bajó un poco la ventana y por ese resquicio quiso pasarles el teléfono, pero ellos lo usaron para embutir el arma y dispararle.

Dos balas se alojaron en la columna vertebral de la mujer. Alias Pollito, quien apretó el gatillo, abrió la puerta, sacó a Adriana como a un costal de la camioneta y la descargó en el suelo. Él y su cómplice, Kevin, huyeron en la camioneta de la víctima. Los otros asaltantes hicieron lo propio en la Duster.

“Si ella nunca hubiera bajado el vidrio, no hubiera pasado nada porque ese carro era blindado, pero se asustó”, explica uno de los integrantes del equipo especial de homicidios de la Dijín, que esta vez tenía que resolver un intento de asesinato. Adriana Sobrero fue conducida a la clínica el Country, donde la estabilizaron y salvaron la vida del bebé, pero decretaron un dictamen fatal: cuadriplejia.

Más de 90 horas de video

El edificio de la casa de Sobrero tiene cámaras de seguridad de alta definición, lo que permitió fácilmente la identificación de los hombres que la atacaron. Los uniformados tomaron pantallazos de los rostros de los asaltantes y publicaron carteles en medios de comunicación, anunciando una recompensa de hasta 15 millones de pesos para quien diera información sobre ellos. La única imagen que no se logró obtener, fue la de una mujer que también iba en la Duster.

Sin embargo, los investigadores no se quedaron con esto. Con el número de las placas de la Duster, hicieron un detallado seguimiento que los llevó hasta una camioneta de esta misma marca, pero que no correspondía a la que usaron los delincuentes.

Después de esto fueron a la clínica y entrevistaron a Adriana, quien, consciente pero inmóvil, comentó que ese día estuvo comiendo con unas amigas en el Andino. 

Relató que las acercó a sus casas antes de ir a su apartamento y detalló la ruta que tomó: subió por la calle 82 hasta la séptima y se dirigió al sur por esta avenida. En el camino dejó a sus compañeras y llegó hasta la calle 53, donde hizo el retorno para tomar la misma séptima hacia el norte.

Los hombres de la Sijín hicieron un barrido de cámaras de seguridad por las zonas que transitó Sobrero. Incluso revisaron las del centro comercial para descartar que hubiese sido seguida desde allí.

Fueron cerca de 30 cámaras de seguridad las que analizaron: de establecimientos comerciales, de la Policía, de viviendas, cualquiera que apuntara a la ruta. Recolectaron unas 90 horas video. 

“Ella nunca se dio cuenta de que la seguían; vimos en los videos cómo, por unas tres cuadras, ellos van por el carril derecho y ella, que va por el central, cae en un trancón. Aunque podrían haber pasado, se frenan y esperan que ella siga. Hacen maniobras extrañas; el carril derecho iba más rápido, pero se detienen para que ella vaya adelante”, relata un detective la manera como establecieron que a Adriana la siguieron desde la calle 53.

No solo el equipo especial de la Sijín estaba tras la pista de los agresores. Mientras ellos adelantaban estas labores, otras unidades de inteligencia encontraron la camioneta hurtada en el patio de una vivienda en Facatativá, Cundinamarca. Se estaban acercando a ellos.

Capturados Rosales

De izquierda a derecha, alias Chiqui, Pollito y Kevin, quienes fueron capturados por el equipo especial de homicidios de la Sijín de la Policía de Bogotá.

Foto:

Archivo particular / Policía de Bogotá

El sábado 20 de enero cayó el primero de los cuatro asaltantes, Luis Alexánder Peña, alias Chiqui –el conductor del vehículo con el que siguieron a la víctima–, después de que una fuente anónima reconociera su rostro en los carteles de la Policía y revelara su ubicación, en la localidad de San Cristóbal, en el sur de la ciudad.

Los detectives iniciaron la búsqueda y lo encontraron conduciendo un vehículo robado, diferente al usado el día del ataque. 

“Él dice que es taxista y que lo contratan para conducir. Que hay una persona que coordina todo, uno a cargo de intimidar con el arma y otro que inmoviliza a la gente, pero que ese día cometieron un error. Solo en casos extremos lesionan a la personas, y en esa oportunidad no había necesidad, ellos sacan el arma para amedrentar o para defenderse si alguien les sale armado. Ahí hubo un error del que le disparó a esa señora, todos lo sabían”, describe el detective lo que habló con el primer detenido.

Esta persona delata a los otros dos hombres, pero no da pistas de la mujer. Los investigadores enfocan sus esfuerzos en hallar a alias Pollito, quien disparó y a alias Kevin, quien estuvo a su lado en ese momento.

Este último fue detenido también en San Cristóbal, y, finalmente, en la ciudad de Manizales, las autoridades capturaron a Carlos Andrés Bermúdez, Pollito, cuando trataba de salir del país.

A este joven le fueron imputados los delitos de homicidio agravado en grado de tentativa, porte ilegal de armas y hurto calificado, aunque no aceptó cargos, fue cobijado con medida de aseguramiento.

La misma suerte corrieron alias Chiqui y Kevin. Sin embargo, y pese a la efectividad y rapidez con la que capturaron a estos delincuentes, las autoridades todavía están tras la pista de la mujer que estaba en la camioneta, alias La Gorda. Ninguno de los capturados quiso hablar sobre ella o delatarla. La Policía todavía está buscándola.

FUENTE: EL TIEMPO


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