El film ‘3-03 Rescate’ cuenta la historia de una policía que va más allá de su deber para salvaguardar la vida de otras mujeres

Nada más oportuno en noviembre que estrenar una película con un mensaje claro contra la violencia machista. Eso es lo que quiere entregar al espectador la película 3-03 Rescate, que cuenta la historia de una policía, la teniente Débora López, que va más allá de su deber para salvaguardar la vida de otras mujeres. No siempre fue así, pero el hecho de no haber podido detener a un marido que pasó de los empujones a las balas y en su locura se llevó la vida de dos niños la marcó profundamente.

El filme tiene una alta carga dramática porque todas las escenas de violencia que se reproducen en la ficción ocurrieron de verdad y fueron recopiladas por el dueño de la idea original de la película, el mayor de Policía Byron Liger, que lleva alrededor de tres años impulsado el proyecto de voluntariado Rescate a la familia. “Inicié este proyecto porque tengo dos mandatos, el de la institución, que es servir y proteger, y el de la fe”, dice.

Su apego a la religión data de hace ocho años atrás, cuando trastabilló en su matrimonio y recibió el consejo de un amigo cristiano que lo llevó a cambiar su vida. Parte de esto también se refleja en la cinta que contó con el apoyo del guionista puertorriqueño Julio Román y del director cubano, residente en Ecuador, Dwight Gregorich. Ambos pertenecen al circuito de cine cristiano y sus películas tienden a ser aleccionadoras y colocan Biblias para soltar nudos dramáticos. Gregorich estrenó su ópera prima el año pasado y se centraba en las lecciones aprendidas por un padre de familia exconvicto.

Detrás de 3-03 Rescate está la productora Heaven que en 2016 se estrenó con una película moralizante que narraba las consecuencias de un divorcio y que estuvo ocho semanas en cartelera (un récord para las producciones nacionales en Ecuador). Su director, Marco Castillo, sin embargo, no quiere encasillar sus producciones como cristianas.

El productor ecuatoriano asegura su preocupación por la violencia contra la mujer le llevó a sumarse al proyecto de largo aliento que impulsaba el policía. “Las noticias de feminicidios en los periódicos duran un día, luego todos se olvidan. Nosotros decidimos no callar”, dice y añade que cuidar todos los detalles de la producción les tomó dos años. “Quisimos llevar la película al nivel más alto e hicimos un máster final de audio y corrección de color para alcanzar una mejor calidad técnica”, cuenta.

La película tuvo que levantar casi 160.000 dólares para cumplir con todas las exigencias del guión y eso que se dejaron algunas cosas por fuera como incendiar una casa, que era parte de una de las escenas de violencia. Uno de los patrocinadores fue un municipio de la Amazonía, lo que obligó a llevar el rodaje a esa parte del país. La Policía fue otro pilar importante en la producción, esta entidad apoyó con las patrullas y hasta con un helicóptero para el rodaje. Además, que autorizó que algunos policías en servicio activo participaran como extras.

Para Liger, el filme “es una herramienta de sensibilización más” dentro de su cruzada contra la violencia de género, aunque también puede ser visto como una vídeo promocional de la Policía de Ecuador. De hecho, el nombre de la cinta es el código real que utilizan los policías para identificar los auxilios que dan a mujeres violentadas en sus hogares. De momento lleva una semana en cartelera y hasta ahora los comentarios han sido positivos. Falta ver si consigue multiplicar a más tenientes López que se jueguen su uniforme para salvar a más mujeres.

FUENTE: EL PAIS