Luego de los dos casos de la semana pasada, hoy se encontró el cuerpo de una menor de siete años, horas después de que desapareciera de una boda en el distrito Etah del estado de Uttar Pradesh. Todavía se desconoce el responsable.

Un nuevo caso de violación sacude a la India. El día de hoy fue encontrado el cuerpo de una niña de siete años que fue violada y estrangulada, aumentando la indignación por una serie de horribles ataques sexuales a mujeres o niñas.

Según medios locales, las autoridades encontraron a la menor en una zona de obras hoy por la mañana, horas después de que desapareciera de una boda en el distrito Etah del estado de Uttar Pradesh. La policía dijo que había detenido a un vecino que estaba instalando carpas para la boda, al sospechar que atrajo a la niña al solitario edificio.

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El momento en el que se conoce este nuevo caso es especialmente sensible para el país, pues la semana pasada miles de personas salieron a protestar en todo el territorio por la violación en grupo y asesinato de una niña musulmana de ocho años en el estado de Jammu y Cachemira.

El día de ayer, precisamente, ocho de los hombres que fueron acusados de cometer el crimen se presentaron ante un juzgado, se declararon inocentes y solicitaron ser sometidos a un detector de mentiras. Entre las personas figura el guardia de un templo hindú y cuatro policías.

“El tribunal ordenó que las copias del acta de acusación sean distribuidas a todos los acusados. La próxima audiencia se fijó para el 28 de abril”, declaró a la prensa Ankur Sharma, abogado de la defensa.

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Un informe de la ONU de 2014 señala que una de cada tres víctimas de violación en India era menor. En 2015 se registraron cerca de 11.000 casos de violación de niños en India, según los últimos datos de la Oficina Nacional de Registros del Crimen.

Otra cifra asegura que cada año se registran unos 40.000 casos de violación en India. Los observadores estiman, no obstante, que esa cifra es sólo una pequeña parte de los casos que por la fuerte cultura del silencio no son denunciados.

FUENTE: EL ESPECTADOR