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enero 25, 2018

Sinceramente, pienso que el feminismo tiene que ser molesto


Insisto con frecuencia en la necesidad de no tergiversar la idea de sororidad: para ser aliadas no necesitamos ser amigas.

En uno de los artículos anteriores, subrayaba que  podemos (y debemos, incluso) discrepar entre nosotras en muchos temas, podemos emitir juicios críticos hacia otras. El punto está en NO emplear mecanismos machistas de desprestigio ni caer en la trampa de la misoginia entre mujeres. Porque sin autocuestionamiento y aprendizaje no crecemos, nos estancamos.

Dicho esto, estamos dándole bombo únicamente al discurso feminista que cumple los mínimos aceptables para ser considerado como tal, ese que no se mete demasiado en temas escabrosos que implicarían molestar más de la cuenta?

Estos días se ha aplaudido la iniciativa, dicen que feminista, de la organización de unos premios que para reivindicar el peso de las mujeres en el cine serán entregados solo por mujeres. Ustedes dirán, pero yo no le veo el punto, sobre todo si tenemos en cuenta el número de nominadas. Puede que me haya perdido entre tanta estrategia de marketing, tuits y RT.

Elevamos al máximo el discurso naif de famosas, actrices, cantantes…a las que no vendría mal trabajarse más el tema, como muchas han hecho antes, cuestionándose, aprendiendo desde la crítica constructiva para evitar quedarse solo en un mensaje que no se posiciona demasiado, que no es inclusivo con otras identidades más allá del binarismo o que repite hasta la saciedad frasecitas para  post adolescentes en redes sociales. No todo vale.

Y qué pasa con la literatura, o la poesía, por ejemplo? Decir coño trescientas veces por minuto en un poema ya no es transgresor ni lo hace feminista y sin embargo se vende como tal, igual que las camisetas de alguna que otra gran maison que se ha apuntado a la práctica de apropiación de consignas feministas para ponerlas al servicio del consumo a gran escala (si queréis camisetas feministas hay muchas asociaciones, colectivos, etc…donde pueden adquirirse y contribuir así a la lucha.)

Sinceramente, pienso que el feminismo tiene que ser molesto, una carcoma incansable e invencible que triture los cimientos del sistema. Esto implica posicionamiento, mucha autocrítica para reelaborar lo aprendido y crecimiento personal amén de ser conscientes de nuestras contradicciones porque no somos infalibles. También referentes fuertes que no se queden en mensajes “aceptables”, de esos que la mecánica patriarcal tolera por ponerle chispa a la vida mientras siguen bombardeándonos con publicidad sexista, etc.

Sabemos que ser valientes pasa factura pero ser leídas como mujeres ya es un riesgo. Empecemos a vernos como aliadas que para salir de cañas ya tenemos a las amigas.

FUENTE: TRIBUNA FEMINISTA


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