Menú

Entérate

noviembre 29, 2017

Lo que le falta a la foto…


El desequilibrio entre hombres y mujeres en altos cargos en universidades es desolador.

El sesquicentenario de la Universidad Nacional sirvió para recordar su papel en la construcción de un país y de una nación a través de debates intelectuales y políticos, aun cuando a veces sus diversas voces no lograban suficiente eco en las difíciles coyunturas que atravesó este país en estos 150 años. Yo, que llegué a ella en 1967, viví en esta institución educativa algunos de los mejores años de mi vida. La universidad me permitió conocer el país en momentos cruciales, los años 70, 80 y 90; me permitió aprender a dudar, a preguntar, a entender que no existe una sola verdad y a debatir con generaciones de estudiantes comprometidos y a veces, lógicamente, enredados en estos años de violentos conflictos.

Me apasioné por la docencia entre los mejores académicos del país, y fue en esta amada universidad donde empecé a preguntarme por las mujeres. No llegué siendo feminista a Colombia, no obstante haber vivido algunos años de la década de los 60 en un París que preparaba esa primavera caliente, llamada Mayo del 68. Mi feminismo nació en la Universidad Nacional, gracias a algunas profesoras de distintas disciplinas, y se concretó en un grupo de debate e investigación llamado Grupo Mujer y Sociedad, desde el cual firmo aún mis columnas.

Y hoy, ante la foto de todos los rectores vivos de esta universidad que conocí, es decir, desde José Félix Patiño, Jorge Arias de Greiff, Eduardo Brieva, Víctor Moncayo, Antanas Mockus, Fernando Sánchez Torres, Guillermo Páramo, Ricardo Mosquera y Moisés Wasserman (no están en orden cronológico, sino en ese extraño orden de mi memoria), yo me pregunto: ¿y de las mujeres rectoras, qué? ¿Dónde están? Ni una en 150 años. Es decir, la principal universidad del país no es inclusiva. Pretende ser universal, dialogante, moderna, y su foto de rectores muestra un montón de doctores encorbatados y ninguna mujer.

Hoy día solo contamos con tres mujeres rectoras de 52 universidades acreditadas colombianas (ranking QS).

Pero el asunto es peor. Prácticamente no encontramos ni una rectora en las universidades colombianas, por lo menos en las más nombradas. Y trataré de ser exacta para que tomemos la no muy gloriosa dimensión de este hecho, cuando las mujeres hoy, y desde hace varias décadas, han mostrado su valiente y exitoso acercamiento a los saberes y están presentes en todas las disciplinas. No obstante lo que ha significado la revolución de las mujeres colombianas en las instituciones educativas en los años 70, 80 y 90, además del hecho de que hoy día hay más mujeres que hombres en las maestrías de muchas disciplinas, el desequilibrio entre hombres y mujeres en altos cargos en instituciones educativas superior es desolador.

Hoy día solo contamos con tres mujeres rectoras de 52 universidades acreditadas colombianas (ranking QS). Las citaré porque creo que merecen un reconocimiento por haber llegado a ese cargo relacionado con la administración de los saberes en esta jungla patriarcal machista.

Ellas son Marta Losada (Universidad Antonio Nariño), Cecilia María Vélez (Universidad Jorge Tadeo Lozano) y Myriam Angarita (Escuela de Ingeniería Julio Garavito). Tres rectoras en 52 universidades. ¡Qué valientes! No me imagino esas negociaciones.

Y, volviendo a la foto de los rectores de la Universidad Nacional de Colombia en sus 150 años de existencia, viéndose retratados juntos, espero que los embargue, a ellos y al Consejo Superior de la Universidad Nacional, algún sentimiento de extrañeza generado por una ausencia inaceptable de algunas de sus colegas que bien hubieran merecido sentarse con ellos en esta triste foto.

FLORENCE THOMAS
* Coordinadora del Grupo Mujer y Sociedad

FUENTE: EL TIEMPO


Más Noticias