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noviembre 8, 2017

Rebajan condena de feminicida porque “estaba enamorado” de la víctima


Los jueces argentinos no consideraron que se trataba de violencia de género, asegurando que el victimario estaba enamorado. La mujer no quiso seguir su relación con el asesino, y por eso él la asesinó con siete puñaladas delante de sus hijos.

Brian Montenegro, de 22 años, fue condenado por matar su expareja Débora Díaz, de 28. Ella estaba embarazada. Los jueces consideraron que el acusado no cometió un femicidio porque declaró que la víctima le dijo, antes de matarla, que tenía una relación con otro hombre.

En el juicio se habló de cuchillos, amenazas, golpes, escenas de celos. Había tres denuncias por violencia y una declaración en Cámara Gesell de los niños. Nada de eso fue considerado violencia de género por los jueces Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro, en Argentina.

En la sentencia dijeron que el acusado estaba “profundamente enamorado” y tomaron en cuenta un testimonio en el que se lo calificaba como “un nene de mamá” y a ella como “una madre de tres hijos”, mayor que él.

“Estaba profundamente enamorado de la víctima, a pesar de sus escasos veinte años recientemente le había propuesto unirse en matrimonio. Estaba angustiado por la actitud expulsiva de su amada, intentó dialogar con la misma, pero la afirmación reseñada, en tales términos, mermó su capacidad reflexiva”, dice un pasaje de la sentencia.

Montenegro fue condenado a 22 años de cárcel. El día del crimen, Débora estaba con sus hijos de 11 y 6 años y el bebé que había tenido con él. Los jueces Federico Guillermo Ecke y Osvaldo Rossi señalaron en la sentencia que sólo se pudo probar que había una relación de pareja, pero no violencia de género. El Hernán San Martín, votó en disidencia y descartó la “emoción violenta”.

Aquel 22 de febrero de 2016 el asesino logró entrar por la fuerza en la casa. Tenía una orden de exclusión por haberla golpeado. Una vez adentro, la encerró, discutieron y le dio siete puñaladas. Los hijos vieron todo.

“El acusado, en su primer acto de defensa, al ser consultado sobre el motivo de su actuar, mencionó que sintió impotencia por lo que le contaba su ex pareja, que se burlaba de él”, dijeron los jueces.

En el juicio una de las hermanas de la víctima declaró que Montenegro la había atacado con una picana. Otra contó que se lo había cruzado en la calle, que Montenegro estaba borracho y que le dijo que la iba a matar porque Débora no quería volver con él.  Otra testigo contó que  Montenegro dijo que sabía que su expareja estaba con otro hombre, un policía. “Si la quisiera matar, ya la hubiese matado”, le dijo. Horas más tarde, la asesinó.

FUENTE: EL ESPECTADOR


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