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septiembre 20, 2017

¿Es machista preguntarles a las mujeres si van a tener hijos?


La maternidad es un asunto privado. Nadie debería sentirse en la autoridad de opinar sobre nuestras decisiones ni sobre nuestro cuerpo.

 

Cada vez que vengo a Barranquilla aprovecho para hacerme exámenes médicos. Resulta que los últimos meses me han estado doliendo los tendones a la altura del tobillo y la cosa me pareció muy rara dado que yo soy una persona que no hace absolutamente nada de deporte, más que pasear a la perra.

 

 

Entonces recordé que cuando era niña me pasaba algo similar: tenía una condición médica en los huesos de los pies que hacía que mi tendón se insertara mal (no vale la pena aburrirlos con las minucias médicas).  El caso es que la cosa se podía operar y ya está. Doctora Google me dijo que la condición, como es genética, podía volver en la adultez, y decidí hacer cita con el mismo médico que me trató hace 22 años, pues es un tipo excelente y todavía recibe consultas.

 

Es un médico conversador y amable, y, como ha trabajado tantos años en esta ciudad, puede cruzar cualquier cosa que uno diga con una referencia de algo: dónde vivía un paciente, quién había tenido escoliosis en qué edificio y cosas así. Hizo mi historia médica de manera muy tradicional (es de los médicos que aún escriben a mano), me preguntó si era casada y dije “Sí”. Luego me preguntó si tenía hijos. Yo dije que no, con cara de ¡claro que no! Y es que hay muchas razones por las cuales yo no quiero tener un embarazo en este momento de mi vida. Eso sí, ninguna le incumbía al médico.
Entonces me miró a los ojos y me dijo ¿por qué?

 

Yo lo miré a los ojos de vuelta y le dije “¿Por qué?”. La cosa se puso tensa como si sonara una de vaqueros. Mi mamá decidió romper el hielo, diciendo “Catalina, no seas grosera” y yo contesté “Era un chiste, mamá”, como si hubiese vuelto a tener 15 años. El médico hizo los exámenes pertinentes, mandó mil radiografías y antes de que me fuera me insistió: “piensa en lo de los hijos, yo digo que uno es poco y dos son demasiado”. Ahí sí me tocó fingir una sonrisa al salir del consultorio.

 

Lo de mi embarazo en este caso era una pregunta innecesaria en términos médicos. Quizás sí valía la pena preguntar si había tenido hijos pero, ¿preguntarme por qué? ¿Por qué en mi fuero interno he decidido no tomar hasta el día de hoy una decisión tan trascendental y con un impacto ontológico en mi vida? ¿Acaso basta con tener marido para estar lista para tener hijos? ¿Qué diría el médico si le hago estas preguntas? ¿Si le señalo que él pudo tener hijos joven mientras hacía su carrera de Medicina, porque su esposa de seguro se quedó en casa cuidándolos? ¿Qué tal que la respuesta fuera que no puedo tener hijos? ¿Le pregunta esto a sus pacientes hombres? ¿Acaso los hombres van por ahí explicándole a gente extraña sus decisiones reproductivas?

 

A menos de que sea una persona tremendamente cercana, no anden por ahí preguntando algo tan privado solo porque cree que los cuerpos de las mujeres son algo público.

FUENTE: CROMOS


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